El hombre es un ser que ha lo largo de la historia, ha ido cambiando por algunas circunstancias su forma de vivir, de pensar, de ser y de aprender; en muchas ocasiones se ha dado cuenta que tiene que modificar su actitud y la forma de ver las cosas de la vida, identificando sus errores y detectando lo que mas le conviene como un ente individual que forma parte de una sociedad en constante evolución y con muchas exigencias.
Nosotros los docentes que estamos involucrados en el proceso de la Reforma Integral de la Educación Media Superior, tenemos que cambiar o modificar la forma de nuestra práctica docente, que en cierta parte es todavía de una manera tradicionalista e incluso conductista, en donde el que enseña y decide es el maestro con la poca participación de los alumnos; tenemos el deber de promover en nuestros alumnos una formación con el enfoque de competencias logrando alumnos más reflexivos, críticos, analíticos y con una conciencia ética hacia su persona y hacia la sociedad, y que al mismo tiempo le permitan tomar algunas decisiones importantes en su vida; por eso, tenemos que estar dispuestos a aplicar técnicas, métodos y estrategias para obtener buenos resultados en el aprendizaje.
Así mismo, es necesario subrayar que en la medida en que nosotros como docentes nos demos cuenta de la forma en como trabajamos en el aula diariamente, nos autoevaluemos constantemente, y aceptemos las bondades que trae un aprendizaje más significativo, desarrollando una gama de actividades para promoverlas, estaremos contribuyendo notablemente con efectividad a una mejor formación de nuestros jóvenes, y en consecuencia a un mejor futuro para un sector de nuestra sociedad, logrando con esto favorecer al mismo tiempo al proceso de cambio que exige esta reforma. Para alcanzar lo anterior, es necesario que aumentemos más el grado de responsabilidad que tenemos con los estudiantes, con nuestra sociedad y con nuestro país, buscando cada vez más una práctica docente con más calidad y equidad.
Por otra parte, es importante aceptar, que antes de intentar el cambio en nuestros alumnos, primeramente tenemos la obligación de lograr el cambio en nosotros mismos, debemos predicar con el ejemplo, ya que es incongruente que un docente le pida a sus alumnos que trabajen de manera colaborativa, o que aprendan a desaprender conocimientos obsoletos, cuando él en su plantel no puede trabajar en equipo con sus compañeros en algún proyecto escolar común, y lo que es aún más triste que éste se resista a un cambio positivo. En este cambio importante que se persigue con la RIEMS, es necesario que nosotros que somos los facilitadores y orientadores del aprendizaje, nos demos cuenta de la importancia que tiene el aplicar el enfoque por competencias en nuestro quehacer docente, para lograr que nuestros jóvenes estudiantes adquieran las competencias genéricas que expresan el Perfil de Egreso del Nivel Medio Superior.
Otro aspecto relevante, es que nosotros los docentes nos actualicemos continuamente en nuestra formación y que al mismo tiempo, reconozcamos que tenemos que desarrollar una serie de competencias para tener un mejor desempeño en nuestra práctica docente.
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